Roberto Gómez
Bolaños ha dejado su cuerpo sin vida, algunos dicen que falleció hace ya varios
días y que por conveniencia fue destapada la noticia de forma reciente, otros
piensan que su muerte fue tal y como se ha revelado.
Imagen circulando en FB |
En realidad podría
pensarse que no importa la fecha, pues
la fábrica de sueños atiende a las necesidades de sus negocios y aliados, y
como cualquier personaje de la farándula, su muerte es noticia.
Pero tal vez no
debería de llegar al extremo como si fuese un dios, o como si la humanidad
dependiera de ello.
El hombre merece un
homenaje, su trabajo era entretener, y lo hizo bien, un trabajo enorme hacerlo
con humor blanco.
Bien cabe reconocer
que el sábado por la mañana, mientras escuchaba por televisión uno de los
programas en su memoria, y digo escuchaba porque aún no abría los ojos, me hizo
reír un chiste muy puro que rezaba - “cómo
que has visto mi cara en otro lado” – “si siento que la he visto en otro sitio”. – “Eso no puede ser porque siempre he tenido
la cara en el mismo lugar”.
Este pequeño
fragmento es gracioso, porque simplemente nos hace ver que el idioma tan bello
que tenemos lo usamos tan mal, que al realizar una traducción literal es
verdaderamente una tontería lo que estamos diciendo por usar mal las palabras.
Por otro lado están
otros chistes, que también nos causan gracia porque no somos nosotros los “ofendidos”,
simplemente es el reflejo de una realidad, en la que seguimos viviendo, y como
bien dicen el mexicano prefiere reírse de la muerte que sufrirla y es lo mismo.
Claro que es pésimo
que se burlen de una mujer viuda, que hagan bullying a la gente obesa, que
hagan oda del raterismo, la corrupción, o que ofendan a cualquiera porque no es
perfecto, pero nadie lo es.
Si viviéramos
pensando así, qué infelices seríamos, todo nos ofendería, aunque bien a muchos
les gusta ponerse todos los sacos, aunque no sea de su talla.
Me he tomado el
tiempo para escribir esta entrada, luego de bastante tiempo de abandono porque
me sorprenden los llamados “amargators”, que de todo se quejan, aunque no
tengan vela en el entierro.
Entendamos que el
trabajo de este finado señor, era entretener al pueblo, y lo logró, sólo era un
títere más de Televisa, un empleado que tenía que cumplir con un objetivo y
dedicó su vida y probablemente su dignidad para lograrlo.
No hay que
endiosarlo, pero tampoco satanizarlo, fue un humano como todos, con errores y
virtudes, y tanto la empresa que dio tantos años espacio a su trabajo, como su
familia, al igual que cualquiera de nosotros tiene derecho a hacer de su funeral
un circo, o algo privado.
Algunos siguen
viendo con signo de pesos aún a los muertos, pues allá ellos, el día que nos
toque, ya nuestros seres cercanos decidirán qué será de esta última despedida.
Hagamos conciencia,
y respetemos las decisiones y los gustos de cada uno, sólo tratemos de no
olvidar la realidad por el entretenimiento.
Un psiquiatra, en
una entrevista una vez me dijo, “alguien que gusta de black metal es un enfermo
mental que requiere de ayuda”, algo muy polémico para un supuesto profesional
de la mente humana, pero era su opinión, o tal vez una publicidad encubierta para
ganar más pacientes, más admiradores o más detractores.
Y así es el mundo y la vida, cuando queramos olvidar, volquémonos en el circo de la fábrica de sueños o de lo que más nos guste, y cuando sea momento de actuar y concientizar, investiguemos a fondo y actuemos para cambiar lo que no nos gusta.
Y así es el mundo y la vida, cuando queramos olvidar, volquémonos en el circo de la fábrica de sueños o de lo que más nos guste, y cuando sea momento de actuar y concientizar, investiguemos a fondo y actuemos para cambiar lo que no nos gusta.