Por Sara Arellano
Cenicienta, así fui apodada por el personal del STC Metro,
(una amable policía auxiliar de apellido Muñoz, la jefa de estación Argelia
Monroy Salazar, y su amable compañero, jefe de estación en otro turno).
La causa de este seudónimo ocurrió, luego que al intentar
trasbordar hacia la línea 3, o verde opaco, fui atropellada, empujada y pisada
por un conjunto de salvajes del género masculino, que una estación previa al trasborde,
se incrustaron en el segundo vagón del metro, espacio destinado exclusivamente
a mujeres, niños, adultos mayores y personas con discapacidad.
Al entrar no sólo me empujaron hacia atrás, sino que al
intentar salir, recibí tantas agresiones que hasta me despojaron de mi
sandalia, y por poco de la salud de mi tobillo.
Afuera del vagón, una señora mayor y muy bajita, impidió que
tocara el piso, la amable señora, quien llevaba prisa, me regaló varios minutos
de su día al ir a buscar a la auxiliar para informarme del incidente y me
ayudara a recuperar mi sandalia, que desafortunadamente había caído a las vías
del metro, (zona b, de vía 1).
Fue entonces que luego de pedir ayuda a todo el personal del
metro, la señora me dejó en manos de Argelia, quien inició el incidente 210158
a las 10:20 am en Línea 2 del STC.
La jefa de estación acudió con el personal de seguridad para
pedir permiso para recuperar la sandalia, el permiso fue denegado, tenía un
tiempo de espera hasta las 12:30 de la tarde de ese día.
En tanto daba la hora, su compañero, quien ese día estaba de
vacaciones, pero había quedado de desayunar con sus amigos del trabajo, calmó
mi estrés, y no es que perder un zapato signifique el fin del mundo, pero yo
tenía dos inconvenientes, el primero que no podía llegar hasta la FMV, de la
UNAM, en donde asistiría a una conferencia, careciendo de un zapato, y el otro,
estaba y estoy, completamente indignada con la bajísima calidad de varones que
habitan en nuestra ciudad.
Les llamo varones, y no porque tengan un título nobiliario,
sino porque es imposible llamarles hombres, ser hombre significa mucho y ellos
están muy lejos de poder ostentar esté genérico.
En fin, entre las horas de espera, el amable personal del
SCT de Hidalgo (línea 2), me contaron que entre todos los empleados se hace una
gran familia, las personas tienen una gran calidad humana, y “más aún el
personal de limpieza, pese a que son sumamente explotados”, refirió el jefe de
estación en periodo vacacional.
Las irregularidades
que se viven día a día
Asimismo, me explicaron que en ocasiones los trenes dan
frenazos bruscos, “pero no porque el conductor sea malo, aunque lo vean con su
cara de tontitos”, mencionó la jefa del siguiente turno de Monroy.
Sino porque “por ahorrarse unos pesos, cuando AMLO estuvo
como jefe de gobierno, se enteró que venían muy económicos porque iban para
Colombia, pero no cumplían con los estándares de calidad, e iban para ser
desecho de CAF, el principal productor de vagones para transporte colectivo”,
afirmó la jefa de estación del segundo turno.
El problema principal con las vías de México, es que no son
compatibles con la infraestructura que se tiene en el país “que es excelente, y
bueno que decir de la calidad, estos son como un cascarón de huevo que se rompe
al mínimos impacto, a diferencia de los que se piden originalmente para
nuestras líneas, que son de muy bien metal que recubre roble sólido, que
garantiza seguridad al viajero”.
Al respecto, la auxiliar Muñoz, señaló que “antes si
temblaba y estabas en el metro, lo mejor era permanecer en el vagón porque era
el sitio más seguro, pero ahora, hay que huir, porque si algo se desprende no
la cuentas”.
Y recordando el gran golpe que recibió el STC, en su línea
12, o dorada, la jefa del segundo turno señaló que la obra fue aceptada por
Marcelo, aún sabiendo que había fallas aún por la incompatibilidad de los
vagones, que además son rentados a CAF, y que siguen teniendo un inmenso coste
a lo largo del tiempo.
“Ya se sabía que se descarrilaban, y así lo acepto, en
verdad no le importa que la gente muera por falta de calidad en el servicio, y
esto ha pasado en varias líneas, pero jamás sale a la luz, los elevadores de
varias estaciones no funcionan, hace menos de un mes, un niño se quedó atrapado
en un ascensor, y llegó protección civil, pero no se hizo alusión a ello”,
refirió la jefa.
Y molesta comentó que lejos de preocuparse por un servicio
adecuado para la ciudadanía, cuando visitan las estaciones los gobernadores “mandan
pulir, reparan lo que está averiado y todo funciona perfecto, porque fue
arreglado ex profeso, pero una vez que el evento termina, se deteriora de
nuevo, y no se da el mantenimiento adecuado”.
Hagamos conciencia
Sinceramente me quedé con una buena experiencia al conocer la calidez que tiene el personal del
metro a pesar de tener un ambiente tenso con el público usuario que llega
estresado y molesto porque algo no funciona bien.
Y sigo muy preocupada por la calidad de humanos que ocupan
el servicio, algunos, como la señora que me auxilió tienen ese sentido común
que muy poco hay, y le agradezco enormemente sus atenciones, por ello hagamos
conciencia:
- Al llegar a algún lado, estés molesto o contento, siempre saluda
- Externa tus inquietudes con serenidad y educadamente
- Evita enjuiciar a la gente, hay personas amables y otras no tanto, no te rebajes, demuestra tu calidad humana
- No uses sandalias en el metro, como todo deporte extremo, el calzado adecuado son tenis cómodos y bien ajustados
- Aprende de todas las situaciones que se te pongan enfrente
- Evita salir con prisas, y evita cargar con un homicidio imprudencial por que decidiste aventarte como un salvaje por salir tarde o por no querer esperar el próximo tren
- Y sí, dale un gran sape a quien lo merezca, en especial si te encuentras ante una yunta de salvajes sin educación, pero cuida tu integridad